¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!

Un resentimiento es realmente una petición para que algo sea diferente y, en la mayoría de los casos, está dirigido a otras personas. Tendemos a creer que la fuente de nuestros problemas se debe a que los demás no cooperan con nuestros objetivos. Una queja puede compararse con un tren que te lleva de un lado a otro del punto A al punto B. Un ciclo interminable que no te lleva a ninguna parte excepto a tí y a tu problema percibido. A nivel energético, los resentimientos se almacenan en nuestro campo energético. Actúan como un velo espeso que impide la entrada de luz. De ahí la necesidad de un milagro que los reemplace. Creemos que un evento mágico y extraordinario define un milagro como si alguien se sanara de una enfermedad incurable. Pero un verdadero milagro en realidad es cuando experimentamos un cambio en nuestra percepción de un pensamiento basado en el miedo a uno de amor. Cuando elegimos darle a nuestro/a hermano/hermana el beneficio de la duda en lugar de culparlo por cualquier situación desagradable que experimentemos, ha ocurrido un verdadero milagro. Que comience la sanación. Dejemos que los milagros reemplacen todos los resentimientos.

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